domingo, 28 de agosto de 2011

2do secundaria Tema 4 LA FIDELIDAD EN EL SEGUIMIENTO A JESÚS


LA FIDELIDAD EN EL SEGUIMIENTO A JESÚS

Algunas ideas para la reflexión personal y aportes para el compartir en clase.

(Prof. Jesús Chávez S.)



Al iniciar este tema te invito a que le des un vistazo al siguiente video cuya dirección copio aquí: http://www.youtube.com/watch?v=9qgKwCKPn3Y

La frase “SEGUIR A JESÚS” es una expresión que nos trae a la mente pasajes bíblicos y experiencias espirituales de los apóstoles y de muchas personas de su época.. En la experiencia de los primeros cristianos que hemos venido estudiando en las dos clases anteriores SEGUIR A JESÚS implicaba algunas actitudes:

·        Gratuidad ( como la de magdalena y mateo)

·        Discipulado ( como el de Juan y Andrés)

·        Alianza y fidelidad ( como la de la Virgen María y la de Pedro)

·        Aprendizaje, creatividad, predicación, ( como las del Apóstol Pablo)

·        crisis, despojamiento, conversión, ( como San Agustín y San Francisco de Asís)

A resumidas cuentas el SEGUIMIENTO es una auténtica síntesis de la vida cristiana.

Seguir a Cristo es la tarea fundamental de todos los que creemos en él para eso debemos buscarlo en los múltiples hechos y signos de la historia, adoptarlo como modelo supremo de hombre, como motivo supremo que da sentido para la existencia entera. Es decir acogerlo, respetarlo y amarlo como lo más importante de nuestras vidas.

La Iglesia lo entendió así desde el principio y lo fue madurando gradualmente. Encontró en el tema del seguimiento una de las formas más adecuadas para manifestar su fe en Cristo. Esta fe en él nos propone  el reto incesante de IDENTIFICARNOS CON EL. CON SU VIRTUD EXCELSA DE CARIDAD Y POR ELLO VIVIR EN UN ESTADO DE CONSTANTE CONVERSIÓN (cambio de vida)

Sin embargo Jesús no llama a su seguimiento para que sus discípulos lo imiten materialmente en sus gestos o comportamientos, sino para algo más profundo y personal: para que sean obreros y colaboradores de Dios en este mundo , para hacerlo cercano y presente a los hombres.

Ser discípulo es entregarse de por vida al proyecto que Dios tiene: “construir su reino en nuestro mundo para que vivamos ya desde ahora un anticipo del paraíso”. (Cfr. Lc 9,59ss.; Mc 1,5; Mt 15,24; 4,17; Mc 3,14ss.; Mt 19,28).

Quien acepta la llamada al seguimiento lo hace adhiriéndose libremente y sabiendas que es decisión total e irreversible. No se sigue a Jesús sólo por un tiempo. La fidelidad está en nuestro corazón, aunque el discípulo siempre esté expuesto a la tentación de cansarse y dejar a Jesús es nuestro corazón que lo ama y busca serle fiel en cada acción del día. Incluso en las más sencillas e imperceptibles como puede ser una tarea bien hecha, una charla amena y edificante con los amigos, un sonrisa a quien necesita de nosotros.

 Seguir a Jesús es convertirse desde las raíces más profundas del propio ser (Cfr Mc 1,16; Mt 9,9; Mc 10,17ss.; Mt 8,21ss). Quien se atreve a seguir a Jesús no puede esperar un futuro y una suerte distinta a la de su Señor. En el camino están como cruz, las incomprensiones, el cansancio, el desánimo, la indiferencia por las necesidades del prójimo, etc.

Seguir a Jesús, al no ser una frase poética, ni mucho menos una motivación dada por el profesor o sacerdote, debe vivirse reconociendo la historia personal formada de acuerdo a las situaciones sociales que nos han tocado vivir y desde ahí sabiendo nuestras potencialidades y limitaciones debemos preguntarnos:

¿Qué crees qué es un discípulo?

¿Qué actitudes vive el discípulo que sigue a Jesús?

¿Qué virtud de Cristo debería brillar en mi vida? ¿Por qué?

¿Para qué nos llama Cristo?

¿Qué beneficios le trae a tu prójimo que tú te comporte como lo hizo Cristo?


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