domingo, 11 de septiembre de 2011

5to secundaria Tema 5 LOS CRISTIANOS Y SU DESAFÍO PARA LA UNIDAD

LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS ES POSIBLE Y NECESARIA

(José Barros Guede)

Jesús de Nazaret, fundador del Cristianismo, manifestó: “Tengo tambien otras ovejas que no son de este aprisco, las cuales debo recoger. Ellas oirán mi voz y de todas se hará un rebaño y solo pastor” (Jn. 10, 16). Pues bien, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión de la Fe y Constitución del Consejo Mundial de las Iglesias han propuesto como lema para este año de 2011: “Unidos en la enseñanza de los apóstoles, la comunión fraterna, la fracción del pan y la oración”.

El libro canónico de los Hechos de los Apóstoles enseña: “Todos creyentes perseveraban en oír las instrucciones de los apóstoles, en la comunicación de la fracción del pan y en la oración. Estaban todos llenos de respeto y temor por los mucho prodigios y milagros que los apóstoles hacían en Jerusalén. Unidos entre sí, todo lo tenía en común. Vendían sus posesiones y bienes y los repartían según las necesidades de cada uno” (Hch. 2, 42-45).

Sin embargo, la historia y la realidad actual nos enseñan que los cristianos se hallan separados y divididos por ciertas diferencias dogmáticas, disciplinares y litúrgicas dando lugar a diversas Iglesias: católica, ortodoxa, copta, armenia, anglicana, luterana, calvinista, evangelista…. Esta separación y división constituye un escándalo lamentable, debilita el poder del Cristianismo ante el mundo e impide la unidad de la Iglesia que debe ser una, santa, católica y apostólica conforme al deseo de Jesús de Nazaret, su fundador.

Las diferencias de las Iglesias orientales de los armenios, coptos y melquitas sirios con la Iglesia católica son de origen dogmático, establecidas en los siglos IV y V. Versan sobre los misterios de la Trinidad, de la filiación divina del Jesús de Nazaret y de la maternidad divina de la virgen María. Las de la Iglesia ortodoxa con la Iglesia católica son de origen disciplinar y dogmático al no reconocer aquella el primado del obispo de Roma como jefe universal de la Iglesia y dejar de prestarle obediencia a partir del siglo XI. Para ella, el Papa es solo “primus inter pares” entre los patriarcas ortodoxos.

Las diferencias de las Iglesias anglicana, luterana y calvinista con la Iglesia católica son de origen dogmático y disciplinar nacidas en el siglo XVI. Consisten en negar el primado del obispo de Roma, considerar a la Bibliacomo única fuente de fe cristiana, enseñar la justificación de la persona ante Dios por la sola fe cristiana, rechazar el carácter de sacrificio de la Eucaristía, la transustanciación del pan y del vino en el cuerpo y sangre de Cristo, las indulgencias, el purgatorio, las imágenes y el culto a los santos.

Posteriormente, estas diferencias de las citadas Iglesias cristianas se han aumentado con la Iglesia católica por el dogma de la infalibilidad del obispo de Roma, cuando habla “ex cátedra” sobre temas de fe y moral cristianas, definido en concilio Vaticano I, y por los dogmas de la Concepción Inmaculada y de la Asunción de santa María a los cielos, proclamados respectivamente por el papa Pío IX en 1854 y por el papa Pío XII en 1950.

Dichas diferencias existentes entre los cristianos y esta diversidad de Iglesias, producto de ciertas circunstancias históricas y políticas que ocasionaron y causaron tantas guerras, dolor y sufrimiento humano, hay que resolverlas teológicamente a la luz de los dichos y hechos de Jesús de Nazaret, de la práctica de la Iglesia apostólica de los dos primeros siglos de cristianismo y del concepto paulino de Iglesia.

Los dichos y hechos del Señor Jesús, que constituyen la doctrina fundamental cristiana, podemos sintetizarlos en criticar y fustigar a los hipócritas, predicar el amor a Dios y al prójimo, practicar el amor fraterno y curar a los enfermos. Su gran mandamiento nuevo, que resume toda la ley y los profetas del Antiguo Testamento, es el amor universal a todos, amigos y enemigos. Es la Ley fundamental o Constitución del Cristianismo y de la Iglesia, en torno a la cual debe girar toda la política eclesiástica.

La Iglesia apostólica vivió y realizó estos principios evangélicos por medio de la“communio, la fractio panis y la oratio”. San Juan nos enseña en su primera carta: “Si no amas a tu hermano a quien ves, como vas amar a Dios a quien no ves”. (1 Jn 4, 20). San Pedro nos dice: “Todos tengáis un mismo sentir, sed compasivos, fraternales, misericordiosos, humildes, no devolviendo mal por mal, no ultraje por ultraje, al contrario debéis bendecíos” (1 Pe 3, 8-9).

Por su parte, el evangelista san Mateo refiere que Jesús de Nazaret dijo: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos, y todo lo que ates o desates en la tierra será atado y desatado en el cielos” (Mt 16, 18-20). ). Por los Hechos de los Apóstoles conocemos la autoridad y el poder que el apóstol Pedro tenía y ejercía en toda Iglesia primitiva.

Conforme a ello, tenemos que tener presente que el obispo de Roma, como sucesor del apóstol Pedro, ha ejercido históricamente una autoridad suprema sobre la Iglesia universal desde los primeros siglos de Cristianismo hasta la actualidad, obsediéndole miles de millones de cristianos y miles de teólogos, reyes, príncipes, emperadores, presidentes, sabios y científicos reconociendo y respetando dicha autoridad.

En este sentido, san Ireneo de Lyon (140-202), apoyándose en Papías de Hieriapolis y en Policarpo de Esmirna a quien conoció y oyó siendo joven, escribe: “Dado el rango que la Iglesia romana tiene, fundada y edificada por los apóstoles Pedro y Pablo, todas las iglesias o todos los fieles de cualquier parte deben estar de acuerdo con ella, porque siempre se ha conservado en ella la tradición apostólica” (Adv. Haer. III, 3, 2

El apóstol san Pablo define la Iglesia diciendo: “La Iglesia es el cuerpo de Cristo” (Efe. 4.) y “nosotros siendo muchos somos un solo cuerpo en Cristo” (Rom 12.5). “Cristo es la cabeza del cuerpo de la Iglesia” (Col 1,18). A semejanza del cuerpo físico, el cuerpo místico de la Iglesia se compone de muchos miembros. Cristo Jesús es su cabeza, el Espíritu Santo es su alma, santa María es su corazón, los apóstoles y sus sucesores, los obispos, son su pulmón, y el clero y los laicos son su resto de órganos corporales, en cuyo cuerpo vivo no caben, separaciones, divisiones y escisiones.

El papa Benedicto XVI manifestaba en su discurso ecuménico en la abadía de Westminster de Londres del pasado mes de septiembre: “Es necesario una apertura creativa a los desarrollos y exigencias del lenguaje y cultura contemporánea de conformidad con el Evangelio”. Es decir, es necesario que los cristianos separados y sus Iglesias nos abramos al amor a Dios y al amor fraterno compartiendo los mismos conocimientos, ideas, sentimientos, voluntades, alegrías, penas, éxitos, fracasos, poderes y bienes. De este modo, propiciamos un entendimiento y acercamiento entre hermanos separados, podremos resolver nuestras diferencias dogmáticas, disciplinares, organizativas y litúrgicas entre las diversas Iglesias y conseguir la unidad de la Iglesia.

Resulta esperanzador conocer el pequeño pero significativo paso que se ha dado con el Ordinariato personal recientemente creado por el papa Benedicto XVI para los anglicanos de Inglaterra y Gales convertidos al catolicismo. Entre ellos, figuran los obispos anglicanos Keith Newton, John Broadhurst y Andesw Buruhans que han sido ordenados sacerdotes católicos el pasado día 15 de este mes de enero por el arzobispo católico, Vincenst Nichols, en la abadía de Westminster.

Al frente de dicho Ordinariato personal, cuyo patrono es el beato John Henry Newman, ha sido puesto por el Papa el citado Keith Newton, casado con tres hijos, como Ordinario con los poderes administrativos y disciplinares de obispo. Está previsto que en la Pascua de este año pasen a la Iglesia católica mil feligreses anglicanos, y en Pentecostés sean ordenados sacerdotes católicos cuarenta sacerdotes anglicanos.

¡Mi cordial felicitación al papa Benedicto XVI por este decreto!. ¡Este es el camino evangélico en búsqueda de la unidad de la Iglesia!

Luego de leer este artículo publicado en el site de revistaecclesia.com en enero de este año y que nos resume la historia de las fracciones y encuentros en el camino ecuménico escribe busca en internet alguna frases que hable sobre la unidad de los cristianos  y haz con ellas una lista cópiala en tu cuaderno y esa te servirá para trabajar en la siguiente clase.

Te dejo un abrazo

Prof . Jesús Chávez S.

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